martes, 29 de mayo de 2012

La autoridad de Sicilia y la autoridad de Obrador


En una entrevista realizada el 11 de agosto de 2011 por Carlos Loret de Mola a Javier Sicilia, éste “aclaró que no tiene poder, ‘tengo autoridad’ desde que surgió el movimiento social a raíz de la muerte de su hijo en Cuernavaca”[1].


A partir de la entrevista, Jesús Silva-Herzog Marquez escribe:
Cuando la autoridad habla, todos los demás debemos callar; cuando la autoridad ordena todos debemos suspender nuestro juicio para seguir su bienintencionada prescripción. La conversación democrática es aquella que renuncia a invocar la autoridad.[2]


Lo primero que pensé fue que este hombre no estaba entendiendo. Javier Sicilia surgió de la nada a encabezar un movimiento que se levantaba en contra de todo lo que ya nos venía causando estragos desde hace tiempo, pero que nadie había cuestionado tan directa, sensible, eficaz y apoyadamente. Sicilia tocó al pueblo y con ello pudo lograr lo que hasta ahora es Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Entiendo que las razones de Sicilia para lograr ser el líder o autoridad de este proyecto, no fueron fáciles, tales conmueven aún más y uno se vuelve empático con la que desde siempre fue justa causa. Todo lo que representó; la forma en que reaccionó, como se ha desarrollado y permanecido, lo ha convertido en una figura que podría ostentar de poder, por lo que pienso que la pregunta de Loret de Mola no fue vacua y la respuesta atinada.


Pienso que el análisis de JS-HM fue superficial porque todavía no entiende lo que Sicilia representa.


A propósito del artículo de JS-HM, Francisco Segovia le responde diciendo, entre otras cosas:
La frase Sicilia a Loret iba por ese lado. “La autoridad —dijo— es el poder de hacer crecer. El autor hace crecer algo”. Sicilia pone sobre la mesa el significado más estricto de la palabra: autoridad es lo propio del autor.
            …
Sicilia quiere mostrar que el poder lo incomoda. Varias veces ha dejado en claro que él no se ha puesto al frente de la multitud de víctimas y familiares de las víctimas, sino que son éstas las que lo han puesto a él al frente. Esa multitud, que no tenía voz, se reconoce en la voz del poeta, y el poeta le da voz a la multitud (literalmente: cede siempre el micrófono a las víctimas).[3]


JS-HM le responde a FS nombrándole momentos en los que Sicilia demostró caer en la primera concepción de “autoridad”, aunque no negara que también gozara de esa otra “autoridad”:
Mi incomodidad no es con su palabra sino con el sitio desde el cual se pronuncia y la respuesta que espera como debida. ¿Por qué el Congreso debe aceptar inmediatamente, sin discusión su palabra? ¿Por qué consideró que el debate de una propuesta era ya un acto de traición? Porque la autoridad no admite réplica. La autoridad es palabra envuelta en silencio.[4]
Un tipo de reproche que entiendo que Sicilia también le hizo a López Obrador, ahí cuando hablaba de su intolerancia, sordera, confrontación o fanatismo de algunos de sus seguidores[5].


En fin que ni JS-HM entiende el tipo de autoridad que tiene Sicilia así como creo que Sicilia no entiende el tipo de autoridad que tiene López Obrador[6]. Sicilia es por demás defendible; víctima, poeta y legítimo líder. López Obrador es un político de la política y no un político de lo político[7], por lo que más rápidamente cae de nuestra gracia con sus “buenas intenciones”.


El poder no se volvió a mencionar y sin embargo creo que es el meollo del asunto. El poder lo da el pueblo, y el pueblo sin voz que se reconoce en una persona, lo hace su líder: le brinda poder.


He presenciado las manifestaciones a favor de López Obrador y el discurso de muchos de sus seguidores, y lo encuentro legítimo líder que dejó de ser candidato de un partido para volverse, también, voz del pueblo.


Sicilia representa la esperanza de muchas personas, así como López Obrador, y los que estamos a su alrededor no podemos dejar de considerar todo aquello que dice el que encabeza la lucha a favor de la paz con justicia y dignidad. Si Sicilia dice que él va a anular su voto, cuando al mismo tiempo goza de ser quien da voz a la multitud, a quien la multitud nombró “representante legítimo de sus aspiraciones”[8], cómo no va a incidir en los otros si es que goza de esa autoridad, así como López Obrador tuvo la oportunidad de convocar a una revuelta que él mismo sofocó por no ser ese otro tipo de autoritario[9].


El voto a favor de AMLO nos adelanta los seis años que no sólo a George preocupan[10]. Nosotros ahora estamos interesados, ahora tenemos la “democrática” oportunidad y ahora lo podemos! Si no votamos nos va a costar más trabajo, por lo que es en este momento en el que el llamado al voto tiene que ser más estratégico que ideológico, ya luego, cuando existan las condiciones, nos clavamos. Puedes no creer en el sistema, en las instituciones, en las propuestas y formas en las que hasta ahora viene “funcionando” el gobierno que tenemos, pero si no es aligerándonos el paso con la apertura que sólo López Obrador ha demostrado que puede darnos, no veo que pueda ser de otra pacífica manera. Pienso que López Obrador no es el candidato “menos peor”, sé que es el mejor candidato que México puede tener en estos momentos[11].


Además opino que debemos de llevar una vida más austera, comer bien, hacer ejercicio y cantar. El que no comente es Peña.


[4]Ibíd.
[5]Del “fanatismo” luego les explico.
[6] Por algo Obrador empezó respondiendo  que “primero quiero hablar sobre lo que soy, porque creo que eso ha llevado a una confusión”, http://www.youtube.com/watch?v=Ufqy2JE7_j4.
[7] Según Segovia, el político de la política es Sicilia, y concuerdo.
[8]Segovia otra vez.
[9]Hablo de la revolución que ameritaba la imposición de hace seis años.
[10]Él dijo: “Lo que más me preocupa de la gente que como el admirable Javier Sicilia, proponen voto nulo es el "¿y luego qué?" Ok va el voto nulo... ¿y luego qué? ¿Esperamos otros seis años para volver a golpear al poder político con el super plan del Voto nulo? Pareciera que estos pensadores han concentrado todos sus dispositivos intelectuales en definir (auto-justificarse en) su Plan A, el cual ya quedó muy claro: Voto nulo. Pero al mismo tiempo se han olvidado de hacernos participes de la siguiente fase del plan. O si quiera de mencionar algún Plan B. Mientras se termina de definir el plan A, yo iré al cine...me sigue pareciendo más real que el voto nulo."
[11]También de esto podemos seguir hablando.




4 comentarios:

Damián Aguilar dijo...

http://www.jornada.unam.mx/2012/05/29/opinion/008o1pol

Además opino que anular el voto cada 6 años es cómo esperar a Godot.

Giorgio Dammit dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Giorgio Dammit dijo...

Me encantó tu texto, Lina (tanto que se lo compartí a Patita) y también me gustó mucho el comentario anterior. Tal vez me robe ambos un día de estos para mi tuiter. Pero siempre por una buena causa :)

Un saludo

Jorge

Jorge I. Figueroa F. dijo...

me veré muy sin que hacer, pero algunas ligas apuntan a fichero en tu computadora :P