sábado, 18 de agosto de 2007


Metodología para el éxito

Tenía muchas ganas de empezar con el apenas reflexionado proyecto. No es que ya no las tenga, es sólo que cuando dejo pasar el tiempo me empiezan a inquietar nuevas cosas, no cosas necesariamente buenas o útiles, talvez simples asuntos que se tienen que resolver en esos momentos y por los cuales tengo que botar los que parecieran ser más trascendentales. Esperaré de nuevo a recibir esa vieja inspiración? o trataré de incitarme a no desconfiar de mis impulsos, no hacerlos pasajeros?

Volveré a intentarlo:

Comenzaré una lista de actividades a realizar para hacerme de un método que no me permita tener distracciones. Tendré que idear la manera de decirle que no necesito de su compañía, que me deje sola con mi inspiración y mi capacidad creadora. Es tiempo de hacerme responsable de esas ideas que hasta ahora se han quedado huérfanas dentro de mi cabeza, es verdad que empiezan ahí a generar más reflexión acerca de ellas mismas y se evalúan cada vez que vuelvo a considerarlas, pero tales serían más efectivas si en lugar de ser experimentos abstractos se materializaran y entonces sí habría avance en cuanto a reflexión, reconsideración de aspectos que dentro de mi cabeza no alcanzan a vislumbrarse.

Lo primero es armar un calendario, simple, sólo de lunes a viernes, talvez, sólo de abril. Empezando por el próximo lunes, pues sé que irremediablemente este jueves y viernes me serán regalados por mi misma para gozar de ellos haciendo nada... ...nada que valga mucho la pena. Empezamos por el próximo lunes 9 de abril. amaneceré en casa de mis padres después de una larga y fastidiosa jornada de trabajo. La noche anterior habré puesto el reloj despertador a las 8 de la mañana y ese día lo apagaré y me levantaré disciplinadamente de la cama. Mi mente en estos momentos se imagina las millones de posibilidades que pudieran existir en vez de lo que ahora estoy augurando, entre ellas considero el apagar el reloj despertador y no despertar, el apagarlo y reasignarle hora para sonar, el no tener que apagarlo y despertar antes de que la desesperación se apodere de mí en mi cama, el que no suene, el que no despierte. El que no despierte es siempre una posibilidad. Lo que hay que señalar es la manera en que yo me levantaría, disciplinadamente. No importan ninguna de las otras alternativas, ni siquiera podré despegarme antes de las cobijas pues no forma parte de este nuevo método que me estoy proponiendo no corromper. Así que, me levantaré disciplinadamente de la cama. Con fatiga quitaré de mis ojos las lagañas que espero acumular gracias al buen descanso que la noche me proporcionará (esto tampoco es una opción, es lo que sucederá irremediablemente), acariciaré poco a poco mi cuello hasta destensarlo lo suficiente para poder confiar en él y decidiré, después de que todo ya está decidido, levantarme lentamente, caminar hacia el calentador, prenderlo, abrir el refrigerador, desayunar, caminar hacia el baño, meterme a bañar, vestirme, salir. Todo lo demás que pueda ocurrir se considerará como fatídico pues no va con las estrictas reglas de esta nueva personalidad robotizada que me estoy tomando la molestia de armar. Todo por el bien de mi consciente creador.

Después de salir será difícil decidir hacia dónde me dirigiré, es difícil decidirlo ahora, talvez ésta sea una de las razones por las que muchas veces no me atrevo a salir, podría astutamente tomarme un tiempo para buscar el próximo lugar al que deba llegar y no sé, encontrarme liberada de esta pequeña pesadilla antes de enfrentarla. Pero eso aún ahora me parece difícil. Aclaremos las cosas, para ir a un lugar se necesita, una motivación, una curiosidad, una persona que me esté esperando siempre ha sido lo más efectivo. Es momento de dejarme de estas dependencias dañinas y obligarme a encontrar esa motivación que no tenga que ver con nadie que no sean yo y mis debidas precauciones. El motivo de esta calendarización, metodología, es llegar a la realización de aquel proyecto antes mencionado, para tal cosa debo explicar tal proyecto, de dónde salió y hacia dónde se dirige, cual es mi intención y cuales son los medios que tengo, que elegí para llegar a ella. Antes que nada recuerdo que tenía un asunto pendiente por resolver.

Saldré de casa de mis padres y me dirigiré al taller de Pedro. Talvez sea necesaria la ayuda de Damián y de Alberto para cumplir con este asunto pendiente. Entonces, el domingo en la tarde le hablaré a Alberto para ponerme de acuerdo con él, nos veremos el lunes 9 de abril a las 10 de la mañana en el metro general anaya, yo y Damián pasaremos por él e iremos a comprar la pintura negra para terminar tal asunto del taller de Pedro. La dificultad empieza siempre cuando trato de disponer de las otras personas. Del tiempo de las otras personas, del auto de las otras personas, de las ganas de las otras personas. No importa. También es obligación de la otras personas y supongo que se sentirán tan agoviados como yo al no poder iniciar con las actividades que le darán sentido a su vida por tener que preocuparse por tales asuntos pendientes que por si mismos no se atreven a resolver. He aquí un aspecto importante de mi vida y de mi personalidad, he aquí el por qué siempre el tener que encontrarme con otra persona es la forma más efectiva de salir sin contratiempos de mi casa o de casa de mis padres. He aquí otra razón, otro motivito que me está haciendo desperdiciar un día de mi calendario.

Ok, lunes para pintar. Tengo que llevar el dinero, las llaves del taller, las brochas están allá y ropa cómoda manchable para trabajar, mi ipod para escuchar música y provocar un ambiente relajado, buena onda, tranquis, unas chelas a medio día para refrescarnos (recuerden que es primavera) una botana y talvez la cena romántica al final con mi querido Damián. Unas copas de vino, unas botellas de vino, una linda conversación, una disputa ingenua, un irse a dormir tarde y un no olvidar poner la alarma para despertar a tiempo al día siguiente. No se puede ser tan estricto o sí?

Día 2 de mi calendario, día 10 de abril del año en curso: despertar a las 8 de la mañana y sentir una fuerte jaqueca. Dormir, antes de dormir aplazar el reloj una hora más, sólo una hora!, dormir. Despertar y hacer los debidos estiramientos para poder bajar de la cama sin tener accidentes y comer algo, poner música, meterse a bañar. No se si Damián deseará quedarse a dormir conmigo ese día...

...he aquí como se derrumban mis esperanzas, jamás seré la artista que el mundo siempre ha esperado, jamás fotógrafa, jamás intelectual de primera...

...siempre es tan lindo cuando Damián se queda a mi lado, despertar con él y decidir volver a la cama. El ritual del desayuno, el pelearnos antes de salir o el no salir. El balancearse en la hamaca, la cerveza del medio día, el medio día a las 6.

No, no se puede ser tan estricto. Se puede desear serlo, se puede intentar. Se puede uno tomar la molestia de escribir el principio de las intenciones y el fracaso de lo que en verdad sucederá y la duda de si en realidad se puede considerar un fracaso, de en verdad desear ser la intelectual de primera, fabulosa artista visual.

Comienzo a tener dudas sobre la cabalidad de mi mente en el momento en que empezó a escribir éste, esta cosa. Esto que no existía mientras no me decidía a salir. Esto que empezó a existir para no tener que atreverme a lograrlo. Esto que se acaba y que me devuelve a mis preocupaciones. Esto que pone de manifiesto parte de mi personalidad y que hasta aquí llega porque ya llegaron por mi.